Hacia una empresa forestal comunitaria integrada: Un estudio de caso del ejido El Largo y Anexos (Chihuahua, Mexico)
México tiene el que es, problablemente, el sector forestal comunitario más avanzado del mundo. Más del 60 por ciento de los bosques del país son propiedad de comunidades rurales. Esto es en gran medida el legado de la reforma agraria que nació de la Revolución Mexicana y que fue implementada en oleadas sucesivas a lo largo del siglo XX. Aunque muchos grupos han poseído de jure sus bosques por 60 o 70 años, fue hasta las últimas tres décadas que las comunidades forestales han podido ejercer un control completo sobre sus bosques. Han vivido una transición que partió de los arreglos con concesiones a grandes empresas madereras –bajo los cuales tanto el poder para la toma de decisiones como los beneficios eran limitados– hasta llegar a desarrollar sus propias empresas forestales comunitarias (EFC).
Cerca de 3,000 comunidades en el país tienen un plan de manejo forestal, y en torno al 35 por ciento de esas comunidades tienen algún papel activo en la planeación forestal, la extracción u otras operaciones. Un número menor, quizá unas 500, tienen alguna capacidad para derribar, aserrar y vender sus propios productos forestales. Un número más bien pequeño de entre 60 y 100 EFC ha logrado una integración vertical de las operaciones, y controlan aspectos de la planeación forestal, las operaciones, la transformación y la venta de una variedad de productos, incluyendo productos terminados con valor añadido.
Este estudio de caso describe la operación forestal comunitaria más grande de México, el ejido El Largo y Anexos. Ubicado en la parte noroeste del estado de Chihuahua, el ejido tiene 261, 460 hectáreas, y más de 250,000 de ellas son forestales. La escala de esta operación es mayor que todas las operaciones mexicanas, y supera la gran mayoría de las operaciones comunitarias del planeta. El Largo tiene una corta anual permitida de más de 315,000 metros cúbicos, lo que representa en torno al 28 por ciento del total de la producción del estado de Chihuahua y 4.6 por ciento de la producción nacional de México. Para transformar lo que extrae, el ejido opera 10 aserraderos. En un año promedio emplea a más de 2,600 personas. Bajo cualquier medida, es la EFC más grande del mundo.
Con todo, El Largo enfrenta desafíos similares a cualquier operación forestal manejada por una pequeña comunidad. La discontinuidad de los liderazgos, maquinaria obsoleta e infraestructura que genera ineficiencias, una débil capacidad administrativa, falta de acceso al crédito y una pobre penetración de los mercados preferentes, han impedido que la EFC de El Largo tenga un mayor impacto para los miembros de esa comunidad. Este estudio de caso describe la operación y desafíos de la EFC de El largo, siguiendo el proceso de articulación de una visión empresarial para el desarrollo forestal integral de largo plazo, documentando algunos resultados preliminares de la implementación de un nuevo plan de desarrollo forestal.
El principal hallazgo de este estudio es que aún las EFC grandes y complicadas pueden organizarse para articular una visión empresarial que pueda atraer financiamiento, lo que a su vez puede generar mejoras tangibles en el corto plazo. Sin embargo, está también claro que, operando en el marco de gobernanza de las EFC, los cambios de fondo toman tiempo y siguen procesos reiterativos que requieren el tipo de apoyo de largo plazo que trasciende el liderazgo local y los cambios políticos más amplios, además de los ciclos de proyectos.