Los científicos estiman que tenemos alrededor de una década para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero si esperamos evitar un colapso climático global. Si la situación suena grave, es porque lo es. Afortunadamente, sin embargo, la naturaleza nos ha dado un gran aliado en el esfuerzo por frenar el cambio climático: los bosques.
En los últimos años, científicos y expertos en política climática han confirmado que salvar y restaurar los bosques, especialmente los tropicales, es esencial para evitar los peores efectos del calentamiento global. Pero ¿cómo afectan exactamente los bosques al cambio climático? ¿Cómo enfrían el planeta? Y ¿cuál es su verdadero potencial como solución climática natural?
Los bosques afectan el cambio climático con sus superpotencias que absorben carbono
Vale la pena revisar una lección que muchos de nosotros aprendimos en la escuela: los árboles absorben dióxido de carbono a medida que crecen a través del proceso de la fotosíntesis, convirtiéndolo en el oxígeno que todos necesitamos para vivir. De hecho, no hay mejor tecnología de captura de carbono que la fotosíntesis, que resulta ser altamente eficiente y gratuita.
En los últimos años, los científicos y los encargados de formular políticas han trabajado para crear conciencia pública sobre cómo la deforestación impulsa el calentamiento global: cuando se corta un árbol, no solo se pierde su eficiente potencial de almacenamiento de carbono, sino que se libera a la atmósfera todo el carbono que se almacenó en él, ya sea rápidamente, como cuando se queman los bosques, o más lentamente, a medida que los escombros de los bosques arrasados se descomponen. Por lo tanto, mantener los bosques intactos es obvio en la lucha contra el cambio climático.
Los bosques tropicales lo hacen mejor
Si bien todos los bosques tienen superpoderes de enfriamiento climático, los tropicales atrapan grandes cantidades de dióxido de carbono y evaporan más agua. Al hacerlo, producen esa espesa capa de nubes (bellamente dramática) que refleja la luz solar de vuelta al espacio. «Los bosques tropicales son como el aire acondicionado de la Tierra», dijo Ken Caldeira, del Instituto Carnegie de Washington.
Un estudio de 2007 publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias encontró que la deforestación en los trópicos es mucho más devastadora para el clima de la Tierra que la deforestación en latitudes más altas. Esta es solo una de las razones por las que Rainforest Alliance ha luchado contra la deforestación en los trópicos durante más de 30 años, innovando y promoviendo métodos de agricultura sostenible y un manejo forestal responsable.
Los bosques tropicales hacen llover
En la Amazonía, las lluvias comienzan dos o tres meses antes de que los vientos estacionales comiencen a traer aire húmedo del océano. Pero hasta hace poco, los investigadores no sabían con certeza de dónde provenía esa humedad temprana. ¿La respuesta? ¡Árboles! Rong Fu, un científico del clima de la Universidad de California, Los Ángeles, y sus colegas, pudieron demostrar que la transpiración, un proceso mediante el cual las plantas y los árboles liberan vapor de agua de los poros en la parte inferior de sus hojas, estaba creando nubes sobre la Amazonía. Hay más: a medida que estas nubes liberan lluvia, calientan la atmósfera, haciendo que el aire se eleve y desencadena la circulación. Fu y sus colegas creen que esta circulación es lo que cambia los patrones del viento para atraer más humedad del océano. La protección de los bosques tropicales, por lo tanto, ayuda a combatir el cambio climático y también evita la sequía.
La reforestación a gran escala tiene un enorme potencial para evitar un colapso climático
La prevención de la pérdida de bosques es solo una parte de la solución climática. La expansión de los bosques en realidad podría proporcionar ganancias de enfriamiento significativas contra nuestro reloj climático. En un estudio reciente publicado en la revista Science, los investigadores de ETH Zurich concluyeron que el planeta podría soportar casi 102 millones de hectáreas adicionales de bosque sin reducir nuestras ciudades y fincas. Esos árboles adicionales, según el informe, podrían almacenar una gran cantidad de carbono adicional (200 gigatoneladas de carbono, para ser precisos) generado por la actividad industrial en los últimos 150 años. Eso es dos tercios de todas las emisiones de carbono producidas por el hombre. Los resultados del estudio llevaron al coautor Thomas Crowther a describir una reforestación global a gran escala como «la mejor solución climática», una que es «mucho más poderosa de lo que se esperaba». En otras palabras, necesitamos proteger a ambos bosques permanentes y plantar(rápidamente) tantos árboles como sea posible.