Como organización internacional sin fines de lucro, a lo largo de nuestros más de 30 años de experiencia en la transformación de la sostenibilidad, hemos aprendido que el bienestar social y económico de las comunidades rurales está estrechamente relacionado con la salud del ecosistema. Por ello promovemos el uso sostenible de la tierra y la producción de productos básicos.
Nos hemos dado a la tarea de desarrollar y ejecutar programas de conservación y desarrollo comunitario a largo plazo en diversos paisajes tropicales de importancia crítica, pues en ellos la generación de productos básicos amenaza la salud del ecosistema y el bienestar de las comunidades rurales que habitan en ellos.
Es una tarea que no realizamos desde nuestros escritorios. Codiseñamos las iniciativas con nuestros socios comunitarios de primera línea ahí, en esos territorios en los que queremos trabajar, de tal manera que realmente podamos mejorar los medios de vida rurales a través de economías locales sostenibles.
Más allá de los límites de una finca.
Nuestro enfoque de gestión integral del paisaje en que se centra nuestro trabajo sobrepasa los límites de una finca o de un bosque determinado. Con él, cubrimos un área geográfica mucho más amplia que abarca productores, empresas, comunidades, gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales que trabajan en ella.
La meta que perseguimos, al involucrar en nuestros programas e iniciativas de gestión del paisaje a una amplia gama de sectores -particularmente los usuarios de la tierra-, es abrir una discusión sobre los intereses comunes, identificar acciones colectivas y trabajar en aquellas que resulten prioritarias y efectivas para atender las necesidades que se presentan.
Los elementos de nuestros programas de gestión de paisaje incluyen:
Capacitación en buenas prácticas de gestión de la tierra, incluida la agricultura climáticamente inteligente y la silvicultura sostenible.
Brindar oportunidades de capacitación a los productores rurales para que puedan diversificar sus fuentes de ingresos o agregar valor a sus productos (por ejemplo, apoyar a una comunidad forestal para producir muebles, en lugar de vender madera en bruto).
Abrir el acceso al financiamiento sostenible a través de asociaciones con instituciones crediticias y ayudando a los productores rurales a mejorar sus habilidades de gestión financiera
Facilitar asociaciones público-privadas que estimulen la demanda del mercado confiable a largo plazo de bienes producidos de manera más sostenible.
Conectar a los agricultores y las comunidades forestales con nuevos mercados para ampliar las oportunidades de venta
Ampliar las voces de los productores rurales mediante el fortalecimiento de los grupos de representación locales y regionales, como las cooperativas y los sindicatos.