En 1987, Daniel Katz, que entonces tenía 24 años de edad, fundó Rainforest Alliance, una minúscula organización con una gran misión: salvar los bosques lluviosos. Siga leyendo para aprender más sobre Rainforest Alliance mientras que Daniel relata nuestra trayectoria de una inspiración a un movimiento mundial.
Recuerdo con toda claridad que estaba en la universidad, a los 19 o 20 años, y aprendía sobre bosques forestales; esta minúscula rodajita de la superficie del mundo, pero que es hogar de más del 50 por ciento de las especies del mundo. Y estaban siendo destruidas.
Nunca había estado en un bosque lluvioso y, de hecho, la idea de visitar uno me asustaba. A los chicos de ciudad como yo no nos va bien con culebras venenosas y murciélagos vampiro. Pero por razones de las que todavía no tengo claridad, quería dar una voz a las personas, plantas y animales del bosque lluvioso.
Algunos años más tarde, fui el cofundador de Rainforest Alliance. Éramos un pequeño grupo de neoyorquinos jóvenes, idealistas, fascinados con los bosques lluviosos y decididos a salvarlos. Empezamos Rainforest Alliance sin un centavo, sin contactos y sin donantes, pero creo que todas esas carencias se vieron compensadas por nuestra pura determinación. Aún recuerdo la primera donación de $100 que recibimos: del Dr. Thomas Lovejoy, a finales de 1986, y cada hito como ese.
Florecimos porque había tantas personas apasionadas desde el inicio, cada una de las cuales traía sus talentos y conocimiento a la mesa. Y nuestra alianza siempre ha buscado reunir a la combinación correcta de personas: organizadores, líderes comunitarios, agricultores, trabajadores, negocios, organizaciones sin fines de lucro y millones de personas alrededor del mundo. Estamos tratando de cambiar el mundo, y eso no es algo que podemos hacer solos.
«Aún recuerdo la primera donación de $100 que recibimos: del Dr. Thomas Lovejoy, a finales de 1987, y cada hito como ese.»
Claramente, la colaboración fue clave. En la década de los años 80, era prácticamente imposible convencer a las empresas de trabajar con nosotros. La responsabilidad social empresarial no era reconocida entonces, y los directores de las empresas literalmente se reían de nosotros. Pero perseveramos. Rainforest Alliance creció y evolucionó, ampliando nuestro alcance para incluir otros tipos de bosques tropicales y fuimos pioneros de la certificación independiente por terceros como manera de impulsar la transformación sostenible. Nuestro trabajo fue innovador; la certificación no sólo ayuda a las empresas a reconocer el impacto de sus elecciones de abastecimiento pero también ha ayudado a conectar a los consumidores con los agricultores de las comunidades forestales que administran los paisajes más preciados del mundo.
Con los años hemos ampliado nuestra caja de herramientas para la sostenibilidad: hemos aprendido que la certificación funciona mejor en combinación con programas para todo el paisaje y con esfuerzos para influir desde lo local hacia lo mundial. y que nuestro programas deben evolucionar en línea con los avances técnicos de hoy.
Por eso, en 2020, Rainforest Alliance publicó un nuevo Estándar de Agricultura Sostenible, uno que renovó la imaginación de la certificación de como la conocíamos. En el terreno, esto significa sistemas de seguimiento fortalecidos, más inversión y apoyo para los agricultores, y nuevas innovaciones digitales, y quizás, lo más importante, un compromiso de seguir, porque la sostenibilidad es una trayectoria, no un destino.
Quería dar una voz a las personas, plantas y animales del bosque lluvioso.
Debo reconocer que cuando empecé Rainforest Alliance, estaba seguro de que un día cerraríamos nuestra organización porque nuestro trabajo estaría hecho, los bosques lluviosos estarían conservados. Treinta y cinco años más tarde, queda claro que el trabajo de Rainforest Alliance sigue siendo desesperadamente necesario, y su misión adquiere una importancia cada vez más crítica.
Pero reflexionar sobre nuestra propia trayectoria me da esperanza. Cuando iniciamos, todo nuestro equipo cabía en una sala (muy pequeña). Estos días nuestra alianza tiene más de 700 empleados miembros y 7.5 millones de agricultores en 62 países, y los números crecen todo el tiempo. Millones de personas confían en que nuestra pequeña rana verde les oriente a hacer elecciones más sostenibles en el supermercado, y a un futuro mejor para nuestro planeta. Qué privilegio y alegría ha sido durante décadas ayudar a las personas a entender que realmente podemos prosperar en armonía con la naturaleza.