Pocas cosas son tan satisfactorias que alcanzar las metas que nos proponemos. Así lo experimentamos en Rainforest Alliance cada vez que concluye una iniciativa y vemos cumplidos los objetivos que se plantearon al inicio.
Un ejemplo fue la reciente finalización el trabajo que emprendimos hace poco más de un año, con el apoyo de la FAO, en la zona de amortiguamiento de la Reserva de Biósfera Río Plátano, el Parque Nacional Pico Bonito y del Refugio de Vida Silvestre Texiguat, en Honduras. Las áreas se seleccionaron pues en ellas la tala ilegal y la ingobernabilidad forestal provocan deforestación y degradación de los bosques y limitan el margen de rentabilidad para los grupos forestales, afectando sustancialmente las economías locales.
Con la mira en fortalecer la gobernanza forestal y los sistemas de legalidad en los actores de la cadena de valor de la madera, iniciamos el trabajo con los miembros de 16 micro, pequeñas y medianas empresas agroforestales en esos municipios de la región Atlántida hondureña, procurando particularmente la participación de mujeres y jóvenes de esas comunidades.
Las primeras semanas se centraron en la elaboración del diagnóstico de la situación que prevalecía en las empresas, respecto a sus capacidades empresariales y vacíos en gobernanza forestal, sistemas de legalidad de la madera, la Estrategia Nacional Contra la Tala Ilegal y la mitigación de riesgos de ilegalidad en actores claves de la cadena de valor forestal.
Una vez concluido ese análisis, sus resultados dieron paso a la elaboración del Plan de Asistencia Técnica y Capacitación para fortalecer la Capacidad Empresarial de las Empresas Comunitarias y para la Mejora en Gobernanza Forestal, que incluía que los participantes del proyecto adoptaran medidas de gobernanza forestal y que les permitieran cumplir con Sistema de Legalidad de la Madera, por ejemplo, revisando sus contratos de manejo o los tramites y tasas administrativas con las unidades municipales ambientales.
También se desarrolló un marco de referencia para el monitoreo, la evaluación y visibilidad del proyecto, así como materiales audiovisuales para resaltar la importancia de la implementación de prácticas de manejo forestal y el comercio legal de la madera.
Al dar por terminada la iniciativa, podemos contabilizar 250 personas que recibieron capacitación en los temas de la iniciativa, la creación de 250 puestos de trabajo temporales y más de 160 familias beneficiadas con el trabajo realizado.
Sin embargo, eso no significa que nuestra labor en esos paisajesproductivos hondureños ha concluido, pues ahí seguimos trabajando otras iniciativas tendientes a aumentar la competitividad de pequeños productores y comunidades forestales, creando mecanismos y mejores condiciones de acceso a créditos a través del desarrollo de productos financieros específicos para la cadena de valor forestal. Pero de eso, les contaremos en otra oportunidad.