Raúl Méndez es un joven carpintero que vive en la Cooperativa La Lucha del Parque Nacional Sierra del Lacandón (PNSL), situado en el municipio de Las Cruces, Petén, corazón de la Reserva de Biosfera Maya de Guatemala y zona amenazada por los incendios forestales y la ganadería extensiva. Con 18 años de edad, Raúl, al igual que otros amigos suyos, subsiste y apoya a su familia sembrando maíz y frijol. Para jóvenes como él la falta de oportunidades de educación y empleo en el área había significado un serio obstáculo de desarrollo personal y económico.
Pero todo cambió con la llegada del Centro de Capacitación y Producción de Muebles que ha traído sueños y nuevas oportunidades para Raúl y otros 25 jóvenes de la comunidad. El propósito del Centro es desarrollar negocios sostenibles y legales, basados en agregar valor a la madera con la producción de muebles en la carpintería que ahí funciona. De esta manera busca aumentar de forma significativa los ingresos de los muchachos que ahí trabajan en lugar de comercializar la madera en troza, como lo hacían anteriormente.
El aumento de sus beneficios es sustancial. Por ejemplo: Si comercializaran 40 pies tablares de madera de caoba aserrada obtendrían un ingreso estimado de Q240.00, según el precio actual. En cambio, si estos 40 pies se transforman en una mesa de centro para una sala, este mueble se puede cotizar en el mercado local en Q600.00, un 40% más que su costo en madera aserrada. ¿Suena prometedor, cierto?
El Centro de Capacitación y Producción de Muebles es impulsado por el programa Clima, Naturaleza y Comunidades en Guatemala (CNCG) de USAID, que lideramos en Rainforest Alliance con otras organizaciones como la Asociación de Comunidades Forestales de Petén y la Fundación Defensores de La Naturaleza.
Más ingresos para los jóvenes y sus familias
“Estoy altamente agradecido con las organizaciones, especialmente con CNCG, por la oportunidad que nos están ofreciendo a los jóvenes de esta región, con este centro de capacitación y fabricación de muebles. Esto nos permitirá tener nuevos ingresos para beneficio propio y de nuestras familias”, dice Raúl.
La iniciativa tiene muchas posibilidades de crecimiento. Después de seis meses de funcionar, el centro ya cerró negocios por alrededor de $15,000, con la fabricación de sillas, mesas, estanterías, y roperos que vecinos de su comunidad compraron.
“Cuando nos propusieron la idea de instalar una carpintería en nuestra cooperativa, no lo creímos. Ahora eso es una realidad que nos ayuda a tener trabajo todo el año para apoyar a nuestras familias. Además, nos ayuda a valorar más los bosques de esta región”, agregó Raúl pues efectivamente La Lucha pretende conservar sus recursos forestales y las fuentes de agua, consciente que el planeta es afectado por el cambio climático.
Al mismo tiempo que generan negocios, los muchachos continúan aumentando sus conocimientos y aprendiendo sobre carpintería básica, pues profesionales del oficio acuden regularmente para que puedan mejorar sus destrezas.
También ayuda a reducir la migración
Además de convertirse en una fuente primaria de ingresos para los jóvenes que laboran en la carpintería, el centro también constituye un disuasivo para reducir el riesgo de que abandonen su país y a sus familias en busca de oportunidades.
“Muchos jóvenes han emigrado, algunos se han ido a México, Belice y otros lugares cercanos a buscar oportunidades que no se han encontrado en la comunidad. La visión ahora es generar oportunidades y empleos para los jóvenes, y aprovechar los conocimientos que nos enseñan los técnicos. Eso nos permitirá apoyar a nuestras familias”, explica Nazario Tiul Choj, de 20 años y quien también trabaja en la carpintería.
Además de evitar que los jóvenes se marchen de su comunidad, se fortalecen las opciones de negocios sostenibles en la región del Parque Nacional Sierra del Lacandón, como bien nos explica Jorge Cruz, coordinador de CNCG y Rainforest Alliance en Petén, pues “garantiza el manejo forestal, valorizando más los recursos naturales y la preocupación por mitigar los efectos negativos del cambio climático. Muchos de los parcelarios están renovando y actualizando sus planes de manejo para continuar con el manejo del bosque y seguir recibiendo beneficios directos”.
Y de esta forma el Centro de Capacitación y Producción de Muebles de La Lucha no solo genera ingresos, amplía conocimientos, alimenta sueños, sino que también cuida los bosques de Guatemala.