La receta perfecta para hacer de los negocios responsables la nueva normalidad, no existe aún. Pero sabemos que, si existiera, un ingrediente básico sería la mejora continua. En Rainforest Alliance aceptamos el reto de la creación de un nuevo programa de certificación, que incluye las propuestas de productores, exportadores y empresas, mientras rescata la efectividad comprobada de la anterior versión. Así, contribuimos con la transformación de la forma como producimos, nos abastecemos y consumimos en el mundo.
Durante el proceso de transición, diseñamos la implementación temprana en fincas seleccionadas que han demostrado capacidad de cumplimiento, lo cual nos permitió aprender y afinar detalles en la aplicación del nuevo programa. En Costa Rica, nos complace anunciar que finca Esmeralda, administrada por Finca Frutas de Escocia S.A., de la empresa Fyffes, completó el primer piloto en una finca de banano en el mundo, logrando así la certificación para la transición, según lo establecido en el Estándar de Agricultura Sostenible 2020.
El aprendizaje ha sido valioso para todos, y por eso compartimos las lecciones aprendidas, los retos y aquellos beneficios identificados.
Hacia la transformación del sector bananero
El piloto para la implementación del Estándar de Agricultura Sostenible en el cultivo de banano se desarrolló en Finca Esmeralda ubicada en Río Jiménez, Guácimo, en la provincia de Limón, y surge de común acuerdo con la administración de Fyffes y el equipo de Rainforest Alliance.
Aunque el sector bananero ha demostrado avances tangibles de mejora en todas las áreas, el nuevo programa de certificación está orientado a avanzar aún más. Esto se traduce en mejor uso de datos y tecnología, en los sectores y paisajes donde hay cultivos certificados; requisitos basados en la mejora continua; adaptación de los contextos basado en los principales riesgos; un sistema de aseguramiento fortalecido que evalúa y aborda los temas de derechos humanos de los trabajadores agrícolas, donde aún existen brechas; innovación y aprendizaje constante; legislación favorable para la sostenibilidad; y, servicios adaptados a la cadena de suministro, en donde todos ganen.
Para cubrir todos los requisitos para fincas, en este piloto se consideraron tres fases a seguir. La primera fase respondió al proceso de interpretación de los requisitos establecidos, la segunda se enfocó en la planificación y la tercera abarcó la implementación del estándar en la finca, con la respectiva verificación por un ente de certificación. Este trabajo inició en julio de 2020 y finalizó en abril de 2021.
Según Hugo Hays, Director Global de Inocuidad y Cumplimiento de Fyffes, “la estructura por fases consecutivas fue clave para el éxito del piloto. Facilitó la identificación temprana de riesgos y acciones correctivas y preventivas, lo cual resultó en una programación ordenada de actividades necesarias para cumplir con los diferentes requisitos”.
Los principales beneficios
Para Fyffes, una de las ventajas de haber realizado este piloto fue el acompañamiento del personal de Rainforest Alliance y la retroalimentación recibida en la fase de interpretación de los requisitos. “Este piloto también facilitó la identificación de retos en campo, que fueron sometidos a un proceso de revisión y ajustes por parte de Rainforest Alliance”, explicó Hays. Menciona, por ejemplo, la Herramienta para la Evaluación de Riesgos, que lograba identificar solo algunos, pero no todos los riesgos relacionados con los incumplimientos. Explicó también que para identificar todos los riesgos en la finca, en la empresa tuvieron que realizar un análisis de riesgos propio más detallado.
Por otra parte, señaló que la Plantilla para la Inversión de Sostenibilidad es una herramienta bastante útil para identificar dónde y cómo se invierte el dinero que se destina a este tema, y parte de la inversión que implica ser más sostenibles. “A nivel interno, nos sirve identificar, acotar y priorizar las necesidades que pueden ser incluidas en el plan de inversión de sostenibilidad”.
Gracias al piloto, la finca perfeccionó un sistema de monitoreo que permite evaluar y dar seguimiento correspondiente dentro de su Sistema Integrado de Gestión, al cumplimiento de los Requisitos. “El reforzamiento de la capacidad técnica del personal de finca Esmeralda y de Fyffes en cuanto al análisis, interpretación e implementación del estándar, es otro de los grandes beneficios que nos dejó la implementación de este piloto”, comentó Leslie Medina, Gerente General de Finca Frutas de Escocia.
Los retos y lecciones que aprendimos
Todos los cambios en el nuevo estándar requieren un esfuerzo para abordarlos, para identificar los riesgos y los retos más significativos, y para buscar cumplimiento. En el sector de banano, se identificaron los principales riesgos de acuerdo con el nuevo programa de certificación: la reducción de uso de agroquímicos; y la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores a través de un mejor salario e ingresos para los productores.
Una de las tareas principales fue cotejar y relacionar la legislación nacional y convenios internacionales con los requisitos del programa para fincas. “Es una labor que precisa bastante análisis, pero acaba facilitando mucho la demostración de evidencia de cumplimiento legal de la finca” aclaró Hays.
Además, el piloto encontró que los resultados que arroja la evaluación de riesgos son útiles, siempre que permiten explorar la causa raíz y soluciones pragmáticas y efectivas que se puedan incluir en el plan de manejo correspondiente, que es parte de las buenas prácticas recomendadas que sirven para guiar los cambios requeridos dentro de la mejora continua y el camino hacia la sostenibilidad.
Otro proceso interesante fue el de la internalización de la igualdad de género en la administración y el personal de la finca, a través del establecimiento de una comisión que vela por este tema. A la hora de auditarlo se constató cierto desconocimiento para este tema relativamente nuevo, y la necesidad de mayor capacitación tanto para los auditores como para las empresas en esta área. “Es importante Indicar bien los aspectos a auditar, y que los trabajadores los conozcan en todos los niveles para poder cumplir con estos requisitos”, apuntó Hays.
Hays concluye que “en cuanto a capacitación, la nueva versión exige más en las siguientes áreas:
- Funcionamiento de la Comisión Para Evaluar y Abordar, que trata la identificación y remediación de derechos humanos de los trabajadores;
- Consideración en el Manejo Integrado de Plagas del monitoreo de enemigos naturales, que es un tema nuevo todavía; y
- Cumplimiento de los requisitos vinculados al capítulo de responsabilidad compartida.
El camino hacia la sostenibilidad es cada vez más exigente, y divergente. La presión tanto del mercado como las regulaciones que buscan alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible aumentan cada año. Los países latinoamericanos para alcanzar sus compromisos, por ejemplo, hacen énfasis en la agricultura sostenible y las cadenas de suministro; el planeta y los recursos naturales, los derechos humanos y el establecimiento de alianzas para lograrlo.
En Rainforest Alliance queremos contribuir a reducir la pobreza; proteger los bosques; mitigar y lograr la adaptación al cambio climático; mejorar los medios de vida de los productores, comunidades forestales y trabajadores, respetando los derechos humanos y balanceando la responsabilidad del costo de la sostenibilidad a lo largo de la cadena de suministro. Nuestra alianza incluye particularmente al sector bananero, porque éste también busca precisamente alcanzar estos objetivos, articulándose a través del programa de certificación, en la agricultura y en los paisajes prioritarios.