Los titulares de todo el mundo indican «Código rojo para la humanidad«, tras la publicación del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), de la ONU. El calentamiento global se está acelerando, y la temperatura media de la superficie del planeta alcanzará 1.5º C por encima de los niveles preindustriales para el 2030. Esto es una década antes de lo previsto anteriormente.
El informe también advierte que algunos cambios, como el aumento del nivel del mar, son ahora inevitables e irreversibles; así como, el aumento de las temperaturas que causará eventos climáticos extremos, como las devastadoras inundaciones que han afectado al norte de Europa y China. Tanto el Mediterráneo como la costa oeste de los EE. UU. han sufrido calor extremo y escasas precipitaciones, creando condiciones de polvorín en áreas boscosas. Incendios forestales hacen estragos en Turquía, Grecia y California.
En Latinoamérica, podemos mencionar los incendios en la Amazonía; las fuertes lluvias e inundaciones que dañan los cultivos en todos los países productores y, en México y Centroamérica, la temporada de huracanes cada vez es más destructiva. Presenciamos los efectos radicales que causa el cambio de clima y la manera desproporcionada en que afecta a los pequeños productores y a las comunidades pobres, que con frecuencia dependen de la agricultura y los bosques como su principal fuente de sustento.
Por esta razón capacitamos a pequeños productores y comunidades a través de los programas de certificación y manejo integrado de paisajes, para incrementar su resiliencia e incorporar prácticas de mitigación y adaptación al cambio climático. Además, participamos en plataformas público-privadas, junto con otras organizaciones, para impulsar acciones que transformen la forma en que tradicionalmente el mundo cultiva alimentos, se abastece y consume.
Los testimonios del campo
Cuando preguntamos a Gabriel Montecinos, pequeño productor de finca Argentina, en México, sobre los efectos climáticos que ha observado, no dudó en mencionar los cambios en los patrones de lluvia. “Antes iniciaba en el mes de mayo, ahora inicia en julio. Antes eran períodos largos, mientras que ahora llueve más, en períodos cortos, lo cual produce deslaves y evita que las plantas agarren los nutrientes que le ponemos”.
Azucena Sabillón, pequeña productora de cacao en Honduras vivió la destrucción de Eta. “Este evento ha sido mucho más fuerte, comparado con Mitch, por el daño e inundaciones causadas, en lugares que antes no afectó. A uno le dicen que lo material se repone. Pero el tiempo invertido de un año, se acabó en un minuto… y, ver a mi mamá sin casa y que no puede valerse por ella misma, eso lo quiebra a uno”.
En el occidente de Guatemala, Bernabé López, líder de la comunidad Mislaj (y miembros de nuestros socios ASOCUCH), indicó que con Eta la comunidad perdió casas, terrenos, cosecha de café, frutales, entre otros. “En 50 años de vivir aquí, no habíamos visto un desastre como este”.
Pero ¿qué podemos hacer frente a estos efectos de la crisis climática? «Hay un rayo de esperanza en este informe de la ONU«, dice Martin Noponen, director de naturaleza de Rainforest Alliance. «La ciencia muestra que, si podemos lograr cero emisiones netas de carbono, entonces podríamos estabilizar el aumento de las temperaturas, y tal vez incluso revertir la tendencia y ver un poco de enfriamiento». Y para llegar a cero neto, sabemos lo que tenemos que hacer:
- Reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el cambio a tecnología limpia y detener la deforestación.
- Adoptar soluciones climáticas naturales probadas, como la reforestación, la conservación de los ecosistemas y la agricultura regenerativa.
No podemos darnos el lujo de esperar otro día. Al igual que los productores mencionados, Desiderio Lozano, de finca Saladillo, miembro y presidente de cooperativa Oro Verde, en Perú, aplica estas soluciones desde hace varios años y viendo los resultados tiene una forma inspiradora de motivarnos al cambio. “Dicen que el mundo no cambia con tu opinión, pero sí cambia con tu ejemplo. Eso es lo que estamos haciendo. Y estamos orgullosos de hacerlo”.
Únase a nosotros para pedir a los líderes mundiales que apoyen estas soluciones en la conferencia climática COP 26 en Glasgow a finales de este año.