Nota de la editora: la Amazonía todavía está en llamas. A medida que avanzan los incendios, ha surgido una movilización global inspiradora en defensa de uno de los ecosistemas más preciados e importantes de la Tierra. Un sincero agradecimiento a quienes nos ayudaron a amplificar las voces de las comunidades indígenas y las organizaciones de primera línea que defienden valientemente la selva tropical. Juntos, hemos recaudado más de US $ 1.2 millones hasta la fecha para organizaciones de primera línea en toda la Amazonía. Sus actividades de respuesta a la crisis se describen a continuación.
Enviamos el primer desembolso de $ 500,000 en septiembre al Instituto Clima y Sociedad, una fundación que trabaja con nuestros socios de primera línea en Brasil para asegurar una administración transparente de las subvenciones. Después de recibir el primer conjunto de informes técnicos de las organizaciones sobre cómo están utilizando los fondos, nos estamos preparando para enviar el próximo desembolso dentro de una semana. También estamos finalizando un mecanismo similar para enviar fondos a nuestros cinco socios de primera línea que trabajan en otros países amazónicos. Es importante tener en cuenta que todos nuestros socios de primera línea han estado operando en modo de crisis durante varios meses; por esta razón, les ha llevado algunas semanas finalizar planes para actividades a más largo plazo respaldadas por estos fondos. Continuaremos proporcionando actualizaciones a medida que las recibamos.
La ciencia es clara. El uso imprudente de la tierra está llevando a la selva amazónica al borde del colapso del ecosistema. Las estimaciones varían, pero algunos expertos advierten que un punto de inflexión irreversible, marcado por una pérdida de árboles del 20-25 por ciento, podría estar a dos o tres años de distancia. Si esto sucede, la cuenca perdería su capacidad vital para absorber y almacenar dióxido de carbono, desencadenando una catástrofe climática sin precedentes.
Es por eso por lo que lanzamos una recaudación de fondos de emergencia en septiembre para organizaciones en la primera línea de la crisis. Los grupos con los que nos hemos asociado para esta movilización de crisis: seis en Brasil, dos en Perú, dos en Colombia y la federación de líderes indígenas que cubre las nueve naciones amazónicas, constituyen una nueva alianza panamazónica. Juntos, estamos trabajando hombro a hombro para desarrollar e implementar una respuesta coordinada a este terrible desastre y su causa raíz: la deforestación impulsada principalmente por la agricultura.
A continuación se incluye una descripción del trabajo realizado por nuestra alianza amazónica para detener la deforestación y prevenir incendios, con el apoyo del dinero recaudado a través de nuestra campaña viral de crowdfunding en Instagram:
Lucha contra incendios y prevención de incendios
El estado de Pará, en el norte de Brasil, ha sido especialmente afectado por la deforestación y los incendios provocados por los agricultores acuerpados por las directrices del presidente Bolsonaro para explotar la Amazonía. Varios de nuestros socios de primera línea están centrando sus esfuerzos en expandir los programas de extinción de incendios en esta inmensa región, que es el doble del tamaño de Francia. En el municipio sudoriental de São Félix do Xingu, nuestro socio desde hace mucho tiempo, Imaflora, equipa pequeñas fincas con amortiguadores de incendios y ampliando su programa de agricultura sostenible, que brinda capacitación a los agricultores sobre buenas prácticas de gestión de tierras que minimizan el riesgo de incendios. Imaflora también desarrolla programas de capacitación para 50 brigadas de bomberos de las comunidades en toda la región.
En el norte, en las tierras indígenas de las cuencas de los ríos Xingú y Río Negro, el grupo de la sociedad civil Instituto Socioambiental trabaja para aumentar la capacidad de combate de los bomberos locales en más de dos docenas de comunidades. El instituto también ha trazado el uso de cortafuegos, franjas controladas de tierra despejadas estratégicamente de vegetación para crear amortiguadores libres de combustible para frenar o incluso detener la propagación del fuego a través del bosque.
Sistemas de alerta de incendios en tiempo real
Desde 1995, la organización brasileña de investigación ambiental Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM) ha defendido los avances en ciencia y tecnología para el monitoreo y manejo sostenible de los bosques. IPAM ya desarrolló un sistema efectivo de respuesta rápida basado en la web que alerta a las comunidades indígenas sobre las amenazas a sus tierras, incluido el fuego. Hasta ahora, la falta de fondos ha restringido su disponibilidad en los lugares donde más se necesita. El fondo de emergencia permite al equipo introducir el sistema en territorios indígenas en los estados propensos a incendios de Pará y Amazonas.
El Sistema de Observación y Monitoreo de la Amazonía Indígena (SOMAI) del IPAM recopila datos georreferenciados en tiempo real sobre incendios, deforestación, sequía, lluvia y biodiversidad. Luego, esa información técnica se presenta de una manera fácil de usar a través de una aplicación móvil, Alerta Clima Indígena, que permite a los usuarios acercarse a su propia área y recibir alertas de amenazas localizadas directamente en sus teléfonos.
Detener el acaparamiento de tierras y la deforestación
La mejor manera de proteger la Amazonía de los incendios es evitarlos antes de que comiencen. Es por eso por lo que el grupo de la sociedad civil Instituto Hombre y Medio Ambiente (IMAZON) aborda esta crisis en su origen: el acaparamiento de tierras y la deforestación. En Brasil, grandes áreas de selva tropical prístina de propiedad pública son taladas y quemadas para dejar espacio para lucrativos pastizales y tierras de cultivo. Más del 20 por ciento de la Amazonía ya ha sido destruida, y las ganancias se concentraron en manos de unos pocos. Mientras tanto, los municipios que han experimentado la mayor deforestación se encuentran entre los más pobres del país.
IMAZON impulsa una campaña a nivel nacional para unir a ambientalistas y líderes empresariales responsables en la lucha contra el robo de tierras públicas y el crimen organizado en la Amazonía. Dirigido a los agronegocios y los periodistas, el objetivo es crear conciencia sobre los impactos socioeconómicos negativos de las leyes de tierras introducidas por la actual administración de Bolsonaro, y el componente económico del desarrollo sostenible de los recursos naturales de Brasil.
Manejo forestal sostenible
El fondo de emergencia también apoya al proyecto brasileño sin fines de lucro Salud y Alegría (PSA) en la expansión de su exitoso programa de manejo forestal sostenible en el RESEX Tapajós-Arapiús, una reserva extractiva federal en el oeste de Pará. La reserva de 655,000 hectáreas (1.6 millones de acres) —que alberga a 13,000 personas, incluidas 26 comunidades indígenas— se estableció en 1998 para proteger los medios de vida y las culturas tradicionales de sus residentes y garantizar el uso sostenible de sus recursos naturales.
El manejo forestal sostenible es nuestra mejor defensa a largo plazo contra la deforestación y los incendios porque equilibra las necesidades de los productores rurales con la conservación de los bosques, ahora y para las generaciones futuras. PSA intensifica su trabajo de restauración forestal y apoya el vivero comunitario de la reserva y los bancos de semillas, que producen árboles y frutas amigables con los bosques. Además, PSA lanzará una campaña de concientización sobre incendios y desarrollará una red coordinada de brigadas comunitarias de bomberos en toda la reserva.
Protegiendo los derechos de las comunidades indígenas
Rainforest Alliance ha trabajado durante mucho tiempo para apoyar y aprender del liderazgo de conservación de las comunidades indígenas de todo el mundo. Los estudios muestran que los pueblos indígenas son los mejores guardianes de los bosques del mundo y cuidan el asombroso 80 por ciento de toda la biodiversidad en la Tierra. En la Amazonía, se ha demostrado que las tasas de deforestación dentro de las tierras forestales indígenas en tenencia son dos o tres veces más bajas que fuera de ellas.
COIAB, la coordinadora sombrilla de comunidades indígenas en la Amazonía brasileña, ha movilizado a sus miembros en cinco territorios clave: Tocatins, Mato Grosso do Sul, Rondônia, Acre y Amazonas. Las comunidades indígenas en estas tierras son especialmente hábiles en el uso de sus conocimientos tradicionales para prevenir y gestionar los incendios forestales. El fondo de emergencia apoya la ampliación de sus acciones de emergencia mediante el suministro de recursos esenciales para combatir incendios, como equipos de extinción de incendios, ropa de protección y vehículos todo terreno, así como consideraciones urgentes de logística y seguridad para los líderes de las comunidades indígenas.
Más allá de Brasil: protegiendo los bosques tropicales del mundo
Los terribles incendios en la Amazonía han alertado al mundo sobre la destrucción acelerada de nuestros bosques tropicales y sobre cómo las consecuencias de esta destrucción afectarán a cada uno de nosotros. La crisis es un recordatorio oportuno, aunque desgarrador, de que debemos trabajar juntos para mantener nuestros bosques en pie en cada rincón de la Tierra.
En septiembre, ampliamos nuestra recaudación de fondos de emergencia para incluir socios que trabajan en los nueve países que comparten la cuenca del Amazonas. Además de los proyectos brasileños descritos anteriormente, el fondo de emergencia apoyará el trabajo crítico de COICA —la coordinadora panamazónica de líderes indígenas—, así como DAR Perú y Aidesep Pueblos Indígenas, en Perú, y OPIAC y Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, en Colombia.
Nuestra misión para detener la deforestación tropical continúa no solo en la Amazonía, sino también en las selvas tropicales de África occidental, la cuenca del Congo, Mesoamérica y el sudeste asiático. Seguimos enfocados en trabajar con los agricultores y las comunidades forestales para construir economías rurales sostenibles, el enfoque más efectivo, probado y de largo plazo para prevenir la deforestación y los incendios.