“El banano es la fruta más importante comercializada en el mundo en términos de valor exportado”, tituló el reporte Mercado de Productos Básicos Sostenibles de 2019; durante ese año se comercializaron 22.7 millones de toneladas, el 20% de la producción mundial.
Aunque los bananos producidos convencionalmente representan la mayor preferencia de los consumidores, según Foodnavigator US, “el 73% de los entrevistados dijeron estar dispuestos a cambiar sus hábitos de consumo para reducir el impacto en el medio ambiente”. Pero, falta mucho para lograrlo.
Para transformar la forma en que actualmente se producen, comercializan y consumen alimentos, se necesita la colaboración de todos los actores de la cadena de suministro para hacer de los negocios responsables, la nueva normalidad. Un ejemplo es la iniciativa de Rainforest Alliance Promoción de mejores prácticas sociales y ambientales en la cadena de valor del banano en Guatemala y Ecuador.
Junto con Agroamérica, trabajamos en la zona de suroccidente de Guatemala, en iniciativas que promueven una producción más amigable con el ambiente, la higiene en las instalaciones, condiciones en el área de trabajo y prácticas de bioseguridad para evitar la propagación del hongo Fusarium oxysporum f.sp. cubense raza cuatro tropical (Foc R4T).
Modelos para replicar
A través del establecimiento de fincas piloto, se busca que el socio pueda replicar estas mejoras en otras plantaciones de la corporación y escalar el impacto. Por ejemplo, definimos las áreas de amortiguamiento, barreras naturales que evitarán la propagación del hongo R4T, y a su vez funcionarán para proteger cuencas y mantener la conectividad ecológica.
Construimos un modelo de vivero forestal, con capacidad para 75,000 plantas de varias especies nativas. Un total de 30,000 plantas fueron distribuidas a productores que asiste el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA), Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), municipalidades, líderes comunitarios y miembros de las Coordinadoras Locales para la Reducción de Desastres (COLRED); organizando capacitaciones y jornadas para la reforestación.
Magalí Gabriel, líder comunitaria de la aldea Chiquirines, en San Marcos, Guatemala indicó que “esta iniciativa nos beneficia porque se hace conciencia en los niños, que siembran junto a nosotros esos árboles y se educa a las futuras generaciones de la importancia que tienen”. Ella sabe que, además de los beneficios para el ambiente, protegen de los vientos las siembras y sus propias casas.
Además, edificamos un centro de acopio para las bolsas plásticas que se generan en las actividades agrícolas, que luego se empacan y envían a reciclar. Incluimos capacitaciones de manejo y separación de desechos reciclables y no reciclables, en depósitos específicos. Para la separación de envases de plástico usados en alimentos o bebidas, establecimos un recipiente con forma de rana, que motiva al trabajador a depositar este tipo de desechos.
Instalaciones sanitarias en el área de trabajo y medidas de prevención
El uso de un espacio limpio, donde los trabajadores pueden colgar sus pertenencias y lavarse las manos antes de comer, es vital para evitar enfermedades. Por eso, establecimos un modelo con estas características y capacidad para 20 personas. Vielman Tánchez, inspector de certificación de la corporación, indicó también que “en las capacitaciones hemos aprendido a velar por el medio ambiente, así como la salud y seguridad ocupacional de los colaboradores”.
Miguel Osorio, coordinador de Rainforest Alliance, y colaboradores de la empresa revisaron las experiencias previas y planos existentes para construir un modelo de estación de pediluvio y rodaluvio, con mejoras para entrar y salir limpio de la finca, con techo para proteger a los trabajadores y una instalación de lavamanos, para que todo el personal se desinfecte y, además, ayude a prevenir el COVID19.
José Javier Aguirre, director corporativo de la empresa, resaltó que «el pediluvio y rodaluvio es de primer mundo, y lo estamos replicando en todas nuestras operaciones; buscamos también que las demás fincas de plátano aledañas puedan tenerlo”. Uno de los valores de esta iniciativa, explicó “fue evaluar cómo están nuestras prácticas en relación con otros y estamos dispuestos a hacer alianzas estratégicas para implementar prácticas de mejora continua».
Retos aún por alcanzar
Con la iniciativa Promoción de mejores prácticas sociales y ambientales en la cadena de valor del banano en Guatemala y Ecuador, hemos atendido a 11,693 personas en Guatemala y Ecuador, de los cuales 2,185 son jóvenes y 4,360 mujeres. Nuestros socios locales se suman para mejorar las condiciones del sector productivo de banano y la realidad laboral.
Aguirre mencionó que “trabajamos con nuestros clientes en la parte de responsabilidad compartida. Bienvenida la ayuda; así como, la visión del cliente y el productor; estamos cambiando paradigmas, tener más diálogo con los socios e involucrar más grupos de interés. Lograr una visión común como sector”. Con estas acciones, queremos crear una red de socios clave para abordar los desafíos del sector bananero, como el uso de plaguicidas para el manejo integrado de plagas que afectan el cultivo.
Con la iniciativa de Rainforest Alliance buscamos que en 36 fincas de Ecuador y Guatemala implementen el tema del ingreso digno para productores y por lo menos 20 actores nacionales y multinacionales involucrados en establecer el costo de la producción sostenible del banano, donde tanto compradores, productores y trabajadores, prosperen en armonía con la naturaleza.
Esta iniciativa es apoyada con fondos de la Fundación Walmart. Para aprender más, visite www.walmart.org/ o en Twitter @walmartorg.