Ubicada entre la cordillera de los Cuchumatanes al norte y una cadena de volcanes en el sur, la región del Altiplano Occidental de Guatemala es un entretejido impresionante de verdes valles y escarpadas cordilleras donde viven y cultivan las comunidades mayas. Pero si se mira más allá de esta formidable topografía, pronto se descubrirá un paisaje mucho más frágil.
Es la región más empobrecida de Guatemala, con los índices más altos de analfabetismo y desnutrición infantil, en un país donde casi la mitad de los niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica y el 60% de la población vive por debajo de la línea de pobreza. Y cuando se trata del cambio climático, el Altiplano Occidental se encuentra entre las zonas más vulnerables del mundo.
Por eso Rainforest Alliance ha colaborado con grupos locales como la Asociación Forestal del Quiché (AFORQ), la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (ASOCUCH), los gobiernos municipales de Santa Cruz del Quiché y Chiantla y el Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS, por sus siglas en inglés) para dar a las comunidades rurales las herramientas que necesitan para vivir mejor de sus bosques y tierras agrícolas. Juntos, trabajamos para fortalecer los dos principales impulsores de la economía local aquí: los bosques administrados por la comunidad y la producción de papa de pequeños agricultores. Para ello, construimos capacidad local para prevenir y combatir los incendios forestales (que cada año se agravan debido a la sequía); se puso a prueba un programa para cultivar variedades de papa resistentes a las heladas y las enfermedades, y se apoyó a las comunidades para que adoptaran innovadores sistemas de recolección del agua de lluvia.
El trabajo aquí en la región de Cuchumatanes-Quiché del Altiplano, apoyado por USAID a través de OFDA, refleja el compromiso a largo plazo y con un enfoque colaborativo de Rainforest Alliance: trabajamos en estrecha colaboración con las comunidades locales para entender sus problemas de conservación y desarrollo más apremiantes, ajustando nuestra asistencia y los esfuerzos de desarrollo de la cadena de valor, priorizando siempre los valores y la toma de decisiones locales. El desarrollo de cadenas de valor responsables y la coordinación de las fuerzas del mercado -tanto a nivel local como internacional- es el núcleo de todos los esfuerzos de Rainforest Alliance para mejorar los medios de subsistencia rurales y conservación de los bosques.
Asegurar un cultivo básico en un clima cambiante
Históricamente un pueblo forestal, Chancol vio sus áreas de producción diezmadas por plagas y enfermedades forestales hace varias décadas. Aunque en los últimos años la comunidad ha trabajado duro para revitalizar su sector forestal (casi 2.000 de las aproximadamente 20.000 hectáreas han sido restauradas hasta la fecha), ahora solo depende de la producción de papa como su forma de ganarse la vida. Si bien las papas han sido siempre uno de los pocos alimentos que crecen fácilmente en este terreno de gran altitud, se han vuelto más difíciles de cultivar en los últimos años debido a los cambios bruscos en los patrones climáticos.
Para Fabián Sebastián López Rodríguez, dueño de una finca de 4,4 hectáreas, este cambio amenaza la sobrevivencia de su familia, ya que la papa es la única fuente de ingresos para él, su esposa y sus siete hijos. La familia destina la mitad de su cosecha para alimentarse a sí misma y sus cerdos, y vende la otra mitad en un mercado local, utilizando ese dinero para comprar otros alimentos. «Las estaciones solían estar bien definidas», relata López Rodríguez. «Ahora, es casi imposible saber cómo será el clima en cualquier época del año. Cuando su supervivencia depende de la agricultura, esta situación es devastadora». Para ayudar a López Rodríguez y sus vecinos a adaptarse, Rainforest Alliance se unió a su socio local ASOCUCH para distribuir entre 50 familias del área más de 1.600 kilos de entre 17 distintas variedades de semillas de papa resistentes a las heladas y las enfermedades, con el objetivo de probar el desempeño de cada una de ellas, promoviendo las que mejor lo hacen, y compartiendo esas semillas con otros agricultores de la región. Una evaluación preliminar de este programa piloto mostró un aumento de casi 40 por ciento en el volumen de papas cosechadas por los agricultores participantes, y se espera que este número sea mayor en el análisis final. No es sorprendente que los agricultores cercanos hayan expresado un intenso interés en replicar este piloto en más de una docena de comunidades de Chancol.
Abordar la escasez de agua
En las comunidades de Magdalena y Siete Pinos, 20 familias Chiantla construyeron sistemas innovadores de recolección de agua de lluvia con el apoyo de Rainforest Alliance y ASOCUCH. Juntos, ayudamos a las familias participantes a identificar el mejor lugar en cada finca, teniendo en cuenta la pendiente del terreno, y brindamos orientación técnica sobre la construcción e instalación de cada sistema, que incluye canales, conductos de agua y tuberías para transportar el agua al campo. Cada colector tiene una capacidad de 2.800 litros y se puede mover si las condiciones climáticas, los brotes de plagas u otras circunstancias lo requieren. Gracias a estos sistemas de captación, los agricultores pueden ahora cultivar papas incluso durante épocas de sequía, lo que no sólo aumenta su producción total y sus ingresos, sino que les permite obtener precios más altos durante la estación seca cuando el suministro de papa de otras regiones es bajo. «Nunca imaginé que podemos cosechar la lluvia», dice López Rodríguez. «Ahora tenemos nuevas oportunidades para plantar más, y hemos comenzado a soñar de nuevo, mirando hacia el futuro con esperanza».
Mantener los incendios bajo control para asegurar los medios de subsistencia del bosque
Los incendios forestales se han convertido en un desafío anual en el Altiplano Occidental, empeorando cada año debido a los prolongados períodos de sequía. Rainforest Alliance coordinó con el Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS) -un líder mundial en la lucha y prevención de los incendios forestales- y con la organización forestal comunitaria líder, la Asociación Forestal de Quiché (AFORQ) y los gobiernos municipales de Chiantla y Santa Cruz del Quiché, la capacitación de 42 bomberos de Santa Cruz del Quiché y Chiantla. Las brigadas de ambos municipios completaron exitosamente la certificación de cursos y desarrollaron planes personalizados de mitigación y prevención de incendios. Además, 30 bomberos fueron dotados con equipo y uniformes tan necesarios para el combate de los incendios. El impacto positivo de esta capacitación no puede ser subestimado: la incidencia de incendios forestales durante la estación seca más reciente casi se duplicó con respecto al año anterior, y sin embargo, sólo el 25% de lo que se quemó se perdió esta temporada. AFORQ estima que 2.476 hectáreas se habrían quemado sin estos esfuerzos de desarrollo de capacidades y planificación; en su lugar sólo se quemaron 620 hectáreas. El presidente de AFORQ, Heber René Quezada Elías, atribuye el éxito de este trabajo a la combinación de entrenamiento con instructores nacionales e internacionales de primera categoría y la distribución de equipo de calidad profesional. «La teoría y la práctica son inútiles sin la capacidad de implementarlos en el campo».
Revitalizar y diversificar la economía local Mantener los incendios forestales bajo control ha sido crítico no sólo para revitalizar el sector forestal en este rincón del Altiplano Occidental, sino para materializar el potencial de la silvicultura para sacar a las comunidades rurales de la pobreza y restaurar el capital natural. Desde que Rainforest Alliance comenzó a prestar asistencia técnica para el desarrollo de la cadena de valor forestal a AFORQ, en octubre de 2015, las ventas de la asociación se incrementaron en $2,6 millones, con ventas totales superiores a $10,9 millones. A medida que las ventas de AFORQ han crecido, también lo ha hecho la participación local: actualmente más de 500 miembros de la comunidad están involucrados en el manejo forestal. Garantizar la tala legal y la trazabilidad ha sido crucial para construir vínculos con el mercado. La madera de Quiché es ahora enviada a aserraderos en los centros forestales más importantes del país, conectando a la gente del Altiplano Occidental con la cadena de valor de la madera de modo que pueden ayudar a mantener sus familias, medios de vida, y los bosques para las generaciones futuras. Usted puede conocer más de esta experiencia consultando este documento.