Para lograr la igualdad de género, el crecimiento económico y la sostenibilidad futura, las mujeres deben estar incluidas en la agricultura. A escala mundial, las Naciones Unidas han reconocido la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas como una de las principales prioridades de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. El sector cafetero no es una excepción a este problema.
Para aumentar el liderazgo de las mujeres en el café, el programa UTZ (ahora parte de Rainforest Alliance), Lidl y CARE se asociaron en una iniciativa de dos años llamada ‘Proyecto Guatemala’, concluida en el 2020, centrada en la inclusión de género y empoderamiento de las mujeres dentro de la Cooperativa Agrícola Integral Acatenango. La cooperativa está formada por 357 pequeñas fincas cafetaleras, 92 de las cuales son administradas por mujeres. En general, la iniciativa tenía como objetivo mejorar tanto la productividad como la resiliencia al cambio climático para las fincas administradas por mujeres.
Resultados clave
A través de la colaboración de múltiples partes interesadas, esta iniciativa llevó a cabo un enfoque claro para fortalecer las capacidades de las mujeres y promover su empoderamiento. Esto resultó en una mayor toma de decisiones, confianza en las esferas públicas, mayor control sobre los recursos en sus fincas y hogares, y mayores inclinaciones a participar en grupos de trabajo. El 95 por ciento de las fincas cafetaleras dirigidas por mujeres cuentan ahora con sistemas de control para garantizar buenas prácticas agrícolas y adaptación al cambio climático.
Las mujeres de la cooperativa, que representan el 26 por ciento del total de productores, produjeron el 40 por ciento (310 toneladas métricas) de la cosecha. Durante el estudio, las mujeres dejaron en claro que estaban interesadas en capacitaciones sobre agricultura sostenible, uso de agroquímicos, finanzas y espíritu empresarial. Atendiendo ese interés, se realizaron entrenamientos que incluyeron visitas educativas, intercambio de experiencias con otras cooperativas dedicadas al cultivo del café, talleres y ejercicios prácticos en la parcela.
Después de recibir las capacitaciones y adoptar nuevas tecnologías, las participantes buscaron oportunidades de innovación. Trabajaron juntas para implementar una instalación de almacenamiento y un vivero de plántulas, utilizando tubos de plástico para trasplantar plántulas jóvenes. Estos tubos eran reutilizables, reduciendo el desperdicio y el uso de bolsas de plástico. Las mujeres también fortalecieron la resiliencia climática de sus fincas y el acceso al agua mediante la construcción de 19 sistemas de recolección de agua de lluvia.
Rompiendo estereotipos
Bien se sabe que alcanzar un cambio de comportamiento en dos años no es una tarea fácil. Sin embargo, el progreso de las participantes en la lucha contra la indiferencia y el «machismo» les permitió ganarse el respeto en un entorno dominado por los hombres. Al comienzo de la iniciativa, las mujeres que buscaban roles de liderazgo rompieron las normas sociales, enfrentaron la resistencia de los hombres y hoy día una de ellas ocupa el cargo de secretaria en la Junta Directiva de la cooperativa.
A raíz de esta iniciativa, el 60 por ciento de las mujeres líderes fortalecieron sus capacidades organizativas y con sus mejores habilidades y asociaciones ahora tienen voz en las políticas de la Cooperativa, y se reconocen con más confianza, más motivación y mayor autoestima.
Las mujeres también nos enseñaron una lección importante: que el trabajo en equipo es fundamental para el éxito. Como resultado, el grupo está motivado para involucrarse con más mujeres y continuar creciendo en su comunidad. Estos resultados muestran una base sólida para la sostenibilidad.