Transformando la producción forestal no maderable a pequeña escala en una empresa competitiva
La castaña (también conocido como la nuez de Brasil o nuez amazónica) es uno de los productos forestales no maderables (PFNM) más consumidos en el mundo. También es uno de los pocos productos que se comercian globalmente y que ayudan a salvar bosques amenazados. Cosechada de la fruta caída, similar a un coco, de los gigantescos árboles de Bertholletia excelsa, la castaña implica para su producción algo más que la recolección de cocos del suelo forestal, una práctica que, según se ha detectado, aumenta la abundancia de árboles de castaña en el paisaje. A diferencia de otras nueces bien conocidas, como las almendras o los marañones, la castaña no puede cultivarse en plantaciones; la cosecha sólo puede sostenerse en el bosque amazónico, con un dosel bien cerrado. Por ello, la industria de la castaña es un adalid de la estrategia de conservación en todo su hábitat. En la región de Madre de Dios, en el sureste de Perú, hay un importante centro de cosecha, transformación y empresas de castaña. Hoy en día, más de 1,000 individuos en Madre de Dios tienen concesiones otorgadas por el gobierno. Mientras tanto, cientos de integrantes de grupos indígenas –llamados “comunidades nativas” en Perú– cosechan castañas de sus bosques comunitarios.
La escala de la industria en la economía de Madre de Dios es importante. En 2014, la región exportó un total de 4,400 toneladas métricas de nueces de Brasil peladas, lo que equivale a $31 millones en ventas. Aproximadamente 15,000 personas, o casi 12.5 por ciento de la población de la región de Madre de Dios, trabajan directamente en la industria de la castaña. Para la mayoría de los involucrados, la actividad en torno a la castaña aporta más de la mitad de los ingresos familiares. También es de notarse que un tercio de los concesionarios son mujeres, y las mujeres también tienen una porción significativamente mayor de la fuerza laboral en la industria procesadora. En una región con una de las tasas de deforestación más altas del mundo, la conservación de los bosques ricos en biodiversidad a través de la cosecha y venta de un solo PFNM sobresale como un contrapunto atractivo. Sin embargo, las presiones para convertir los bosques de Madre de Dios en minas, potreros para el ganado o plantaciones siguen creciendo. Una de las principales estrategias para mantener a raya estas presiones es aumentar la competitividad económica de las empresas que se apoyan en la conservación de los bosques naturales.
Por más de una década, Rainforest Alliance ha trabajado en Madre de Dios con una variedad de aliados para fortalecer el manejo de recursos naturales y las empresas vinculadas a él, para asegurar la conservación de los bosques extraordinariamente diversos de la región. El apoyo para este trabajo ha venido principalmente de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y del presente proyecto del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN).
Un punto clave del trabajo de Rainforest Alliance en el manejo forestal comunitario ha sido la asistencia a varios socios y organizaciones en la industria de la castaña. Este estudio de caso examina el trabajo con tres organizaciones de productores de castaña, conocidos por los acrónimos de sus nombres en español: AFIMAD, ASCART y RONAP. Juntas, estas tres organizaciones representan a 259 personas involucradas en el manejo sostenible de 89, 501 hectáreas de selva tropical. Estas tres organizaciones representan grupos de gente muy distinta y enfrentan un amplio abanico de retos, pero todos han logrado mejorar sus prácticas silvícolas, su organización social y la administración de sus empresas con asistencia técnica. Este estudio de caso se concentra en ASCART, por ser la que experimentó el cambio más importante en el periodo de análisis y su experiencia puede tomarse como ejemplo para otras asociaciones de productores de castaña en el futuro.
El principal hallazgo de este estudio de caso es que los productores de PFNM pueden formar empresas de segundo nivel que pueden alcanzar la viabilidad financiera y mejorar significativamente los ingresos de sus integrantes. Más aún, estas mejorías pueden lograrse en un periodo de tiempo relativamente corto, siempre que haya un apoyo dedicado de varios aliados, y que ese respaldo se concentre en construir bases sólidas para el buen gobierno empresarial.